Día largo, cansado y con propina de kilómetros por cortesía
del Ayuntamiento de Santiago, que ha metido un desvío de más de dos kilómetros
al final de la etapa, que sientan fenomenal al cuerpo.
Arzua |
Pero para final he tenido un recibimiento espectacular por
parte de mis amigos María y Fernando con los que he pasado una tarde deliciosa
y divertida como pocas veces he tenido en Santiago.
Salida de Arzua |
Y se agradece, porque hoy he terminado muy cansado en esta
etapa maratón quwe se ha convertido en más de 43 kilómetros.
Salida de Arzua |
He salido de Arzua antes de las siete, cuando aún es noche
cerrada en Arzúa. No voy solo, ya hay varios peregrinos solos o en grupo
enfilando la calle principal de salida, que está en obras.
Mientras vamos por dentro del pueblo la cosa va bien. La
iluminación es buena y se anda sin problemas. Pero al salr del pueblo todos
tenemos que poner nuestras linternas para seguir.
Yo tengo una frontal que emite una luz difuninada que
alumbra lo suficiente el Camino.
Salida de Arzua |
Es curioso caminar por la noche, y mas en esta salida de
Arzua, que se hace por un bosque. Un tanto inquietante andar por aquí; pero a
la vez extrañamaente atractivo. Delante de mi va una familia compuesta por un
matrimonio y una niña pequeña, que va agarrada como una lapa a las manos de sus
padres.
Camino a Preguntoño |
En todo caso, como vamos varios, pues entre las linternas de
todos, la cosa funciona y así subimos pasando por As Barrosas hasta la aldea de
Preguntoño, donde ya con algo de luz cruzamos bajo una carretera y subimos a un
monte enfrente del cual se ve Arzúa en la distancia.
Arzua desde la distancia |
Aún hay más sombras que
luces, pero la silueta del largo pueblo se distingue perfectamente ya
alejándose.
Camino a Taberna Vella |
El Camino continúa ahora por una
zona alta y despejada. Paso por un curioso bar llamado donde está el Muro de la
Sabiduría; un muro que han llenado de cartulinas con pensamientos supuestamente filosóficos del tipo “¿Eres un
buscador?...”, que tienen tanto éxito entre cierto tipo de peregrinos, que han
hecho hasta un libro con ellos.
Muro de la Sabiduría |
Muro de la Sabiduría |
Yo continuo hasta llegar al pueblo de Taberna Vella, que
no se atraviesa, pero en el que está el primer bar de la jornada. Paro a tomar
un café en su terraza y veo que está llena de orientales en varias mesas. Hay
como quince o así desayunando. Más tarde me enteraré que se trata del Obispo de
Seul y su séquito, que están haciendo el Camino desde Sarria y mañana concelebrará la misa del peregrino a
la que asistiré.
Bar de Taberna Vella |
Continúo tras tomar el café. El
recorrido de este primer tramos de la etapa es muy parecido todo el rato,
senderos de bosque que van enlazando pequeñas poblaciones.
Llego a Calle, pueblo del
municipio de O Pino en el que antes había un horreo colgado entre dos casas
cruzando la calle por la que pasa el Camino. Hace unos años lo quitaron, y
ahora solo queda el soporte, como un tablón inútil entre las dos casas.
También hay un bar en el que han
puesto en la valla amontonados todos los cascos de cerveza que la gente ha ido
bebiendo. Es curioso, aunque queda un tanto guarro.
Bar de Calle con cervezas |
Continuo por los mismos senderos y
corredoiras hasta llegar a emplamar con la carretera nacional en Salceda.
Camino a Salceda |
Allí
está el bar “La Casa Verde”, donde
paro, pues ya llevamos once kilómetros y este es un buen sitio para parar. El
bar es curioso, tienen el techo lleno de camisetas que la gente les ha ido
regalando con el tiempo. Es impresionante el número de camisetas que tienen
allí. A la gente le encanta contribuir con todos los temas raros que en el
Camino se le ocurren a alguien. Basta con poner una camiseta y al cabo de un
tiempo tienes cientos.
La Casa Verde. Salceda |
Tras parar en el bar un rato a
hidratarme, continuo, llegando de inmediato al monumento a Guillermo Watt, el
peregrino belga que murió aquí, a veintiséis kilómetros de Santiago y con cuyas
botas bañadas en bronce hicieron este monumento, que es uno de los más
conocidos del Camino. Está en una corredoira muy estrecha y es imposible no verlo.
Monumento a Guillermo Watt |
Mas adelante otro monumento, este
más sencillo, apenas una placa, recuerda a Mariano Sanchez Covisa, también
fallecido en este punto.
Camino a O Empalme |
Unos kilómetros más y llego a la
cuesta de O Empalme, una larga y recta cuesta pegada a la carretera que es
bastante sencilla, pero que se hace pesada por su longitud. .
Cuesta de O Empalme |
Tras coronarla y pasar los tres
bares que hay en su cima, el Camino comienza a bajar hacia A Rua pasando antes
por el desvía a la Capilla de Santa Irene. Ahora los caminos son de bosque de
pino y eucalipto, muy bonitos, pues los árboles son altos y el sendero es muy
agradable.
Camino a Rua |
Cruzo un túnel antes de llegar a A
Rua, que como es habitual está lleno de pintadas. Siempre merece la pena
fijarse, pues te puedes encontrar con auténticas joyitas. En ests caso una de
ellas dice: “Kiero ser puta”. Pues si la chica tiene vocación, no se hable
más….
"Kiero ser puta" |
Paso el cruce del hotel O Pino y
continúo hasta O Pedrouzo, donde termina la etapa ya mucha gente, pues estamos
solo a veinte kilómetros de Santiago.
Desvio al Hotel O Pino |
Yo voy a seguir, así que en vez de
subir al pueblo por la carretera, cruzo esta y comienzo a subirá por un bonito
trozo de bosque hacia la salida de O Pedrouzo, evitando el largo rodeo que
supondría cruzar el pueblo.
Desvio a Pedrouza |
Camino a Pedrouzo |
Llego a la parte alta y, como tengo por costumbre,
paro en el Bar Miras, un barecito a la salida de O Pedrouzo, que está justo
antes de un desvio hacia un bosque.
Bar Miras. Pedrouzo |
Estoy allí un buen rato, pues
llevo la mitad de la etapa y toca descansar bien antes de hacer los últimos
veinte kilómetros hasta Santiago. En el
Bar hay tres carteles que llaman la atención. Uno es un signo de prohibición
con dos pies que dice: “prohibido descalzarse”; el segundo dice con mucho
acierto: “No tenemos Wifi. Hablar entre vosotros”. Y el tercero está escrito en
la tapa del sello y dice : “Si solo vienes a sellar, recuerda que esto es un
Bar”. Geniales los tres.
Bar Miras. Pedrouzo |
Bar Miras. Pedrouzo |
A partir de aquí ya pasan pocos
peregrinos. La mayoría se queda aquí ya a pasar la noche, con lo que la
afluencia en el Camino disminuye considerablemente.
Bosque de Pedrouzo |
Bajo por el precioso bosque que
hay a la salid a de Pedrouzo y atravieso otro par de zonas boscosas antes de
llegar a una despejada carretera desde la que ya se ve la subida hacia el
aeropuerto, que es la penúltima subida importante del Camino.
Bosque de Pedrouzo |
Se trata de un camino que sube
desde O Pino hasta la valla del aeropuerto de Santiago.
Comienzo de la recta del Aeropuerto |
El principio tiene una
fuerte pendiente , pero luego se suaviza bastante y sigue subiendo hasta dejar
atrás la zona de árboles y llegar al alto a una zona más despejada, donde
siempre hay una furgoneta que vende refrescos y otras “chuches de caminante”.
Cuesta del Aeropuerto |
Es
una subida muy larga, de cerca de media hora continuada de esfuerzo, que ya con
mas de veinte kilómetros encima, pone las piernas a prueba.
Cuesta del Aeropuerto |
Tras la subida bordeo la valla del
aeropuerto. Antes, al pasar por aquí veías perfectamente las pistas de
despegue, pero ahora hay una densa valla vegetal que impide completamente la
visión, supongo que por razones de seguridad.
Al llegar al final de la parte
larga del aeropuerto, el camino gira a la izquierda y , tras pasar por el
famoso mojón que indica la entrada en el municipio de Santiago, comienza a
rodear el aeropuerto por su lado estrecho.
Mojón de entrada a Santiago |
El Camino va pegado a la valla del
recinto y pasa por debajo e las balizas de aproximación.
Balizas del Aeropuerto |
Después pasa por un
arroyo de un horrible color metálico que sale del aeropuerto y que los
peregrinos han convertido en un nuevo altar de cruces, prendas y otras
ofrendas de los muchos que ya van poblando el Camino.
Arroyo- Altar en el aeropuerto |
Poco después, el Camino se aleja
definitivamente del aeropuerto y baja hasta la Capilla de San Pelayo, hoy
cerrada a cal y canto. No paro en el bar que hay justo delante, peus quiero
llegara a Lavacolla ya del tirón.
Capilla de San Pelayo |
Así que sigo subiendo la durísima
aunque cortra cuesta que hay a la salida de la Capilla y que ya nos lleva a un
sendero que llanea por una zona boscosa hacia Lavacolla. Es este un pueblo al que se tarda en entrar,
pues es muy largo desde que llegas a las primeras casas hasta que por fin
llegas a la plaza y la iglesia, pasa un buen rato.
Cuesta de San Pelayo |
En Lavacolla paro de nuevo a
descansar. Quedan en teoría diez kilómetros para llegar a Santiago y hay que
recuperar fuerzas, que ya van justas.
Este día de etapa doble se hace
muy largo y hay que ir dosificando el esfuerzo para no agotarse física y
mentalmente. Además ahora después de Lavvacolla viene una de las zonas más
aburridas de esta etapa y conviene cogerla con ganas.
Iglesia de Lavacolla |
Tras descansar salgo de Lavacolla,
pasando por su arroyo, donde los peregrinos medievales se lavaban antes de
entrar en Santiago, y comienzo una larga subida por una zona de carretera
bastante descarnada en la que el sol que ahora ya ha salido tras tener una
etapa cubierta y muy agradable de temperatura, pega fuerte y dificulta el
ascenso.
Arroyo Lavacolla |
La cuesta se hace dura y pesada hasta llegar al pueblo de Villamayor, donde
compro una nueva botella de agua para afrontar la última parte de la subida que
me lleva ya a una zona más llana donde hay un centro de preservación de la
fauna, que es un largo recinto de bosque vallado que tiene una pinta
fantástica, pero al que no se puede acceder, pues vamos al otro lado de la
valla.
Camino al Monte del Gozo |
En uno de sus extremos hay un grupo de tres enormes bueyes de
larguísimos cuernos que están descansando pegados a la valla, como si quisiesen
que los pocos peregrinos que ahora pasamos les viésemos.
Centro de preservación de Fauna |
Tras el centro de fauna paso , ya
muy renqueante y cansado, por el centro regional de Televisión Gallega, y menos
de un kilómetro después, por el de Televisión Española, antes de afrontar la
recta y larga cuesta que , en ligera subida, me lleva ya hasta las cercanías
del Monte del Gozo, al que llego en un momento.
Televisión gallega |
Recta de Televisión Española |
Monte del Gozo |
Veo que casi han terminado la
transformación y mejoras que tenían en marcha en Diciembre. La zona está
bastante mejorada, pero sigue pareciendo bastantes descarnado y desangelado. Me
acerco a la Capilla a sellar y un señor que pasa en bici, me pregunta por donde
se sigue. Se lo digo y un vendedor que hay allí arriba me corrige. Me indica
que con las obras han cerrado el puente que da acceso a Santiago tras las
escaleras, y que hay que dar un rodeo para entrar a la ciudad. Pues que bien;
ahora que ya casi estamos, desvío. Ya me lo había avisado mi amigo Luis…
Monte del Gozo |
El desvio nos lleva hasta la base
del montecillo donde están ls estartuas de los dos peregrinos que miran a
Santiago y que es desde donde realmente se ven las torres de la Catedral.
Aprovecho para subir hasta ellas y ver el bonito panorama antes de continuar.
Monte del Gozo |
El desvio es francamente feo, sin
ningún atractivo y nos lleva durante más de tres kilómetros hasta el mismo
comienzo de la avenida de San Lazaro, por donde entra habitualmente el Camino,
pero habiendo hecho más de dos kilómetros extras y haber entrado en Santiago
por la rotaonda que lleva hasta el Hotel San Lázaro, que es el que
habitualmente utilizo yo cuando vengo a Santiago.
Monte del Gozo |
Desvio a Santiago |
Desvio a Santiago |
Desde la Avenida de San Lazaro el
Camino es ya el habitual, que hago ya despacio y con calma; adentrándome cada
vez más en el Santiago viejo hasta llegar ya a la Rua de San Pedro desde donde
se ven las torres de la Catedral y llegar finalmente a la Plaza Cervantes,
bajar la Calle de la Azabachería y entrar por el túnel de Gelmirez, arropado
por el sonido del sempiterno gaitero, en la plaza del Obradoiro, repleta de gente.
Santiago de Compostela |
Son las cinco menos cuarto cuando
llego al kilómetro cero y doy por terminada la etapa y la peregrinación de este
año. Una peregrinación más. Una peregrinación siempre nueva.
Estoy contento de haber
terminadomy a la vez tengo pena de haberlo hecho. ES la dualidad que siempre se
presenta bal llegar a Compostela.
Santiago de Compostela |
Tras las fotos de rigor en la
plaza me acerco a la Oficina del peregrino, donde la coas para conseguir la
Compostela da la vuelta al pasillpo y sale al patio. A pesar de que hay quince
puestos otorgando el diploma, tardo una hora en ontener mi diploma. Y me
cuesta, porque la chica examina a fondo mi credencial, y como no entiende el
Camino que he hecho, me pregunta cuales han sido las etapas. Se lo cuento y se
queda tranquila. El haber doblado la última etapa la ha despistado..
Santiago de Compostela |
Ya con mi credencial en la mano
voy hasta el hotel habitual, el Rua Vilar, y me aposento en mi habitación, una
de las abuardilladas de la última planta.
No tengo mucho tiempo, pues a las
siete y media he quedado con Maria y Fernando, pero si me da tiempo asearme y
arreglarma antes de salir a visitar al Apostol.
Y solo puedo hacerlo a medias,
pues aunque entro en la Catedral y voy a la Corticela, no puedo entrar a dar el
abrazo al Santo y rezar en su sepulcro, pues la cola para ello da la vuelta a
la plaza de la Quintana. Se entra por una nueva puerta que han abierto en la
Quintana de los vivos y es una cola exprofeso para estas dos actividades.
Cola en la Oficina del Peregrin0 |
Y es que Santiago está de bote en
bote, Hay gente por todos sitios, así que me siento en la terraza del bar del
hotel a esperar que vengan Maria y Fernando, que llegan puntuales. Es una
alegría enorme verles, ya que no estoy acostumbrado a tener compañía en mis
llegadas a Santiago.
Tomamos unas cervezas y charlamos en la misma terraza antes de ir a Casa
Barrantes, un restaurante de los buenos
de Rua de Franco en el que han reservado para cenar.
Al pasar por la plaza de platerías
vemos que delante de sus escaleras, donde habitualmente se ponen los payasos,
hay una orquesta entera tocando un concierto. Obviamente la plaza está
abarrotada y nosotros nos quedamos también un rato escuchando.
Oficina del Peregrino |
Llegamos por fin al restuarante
elegido.Y es un acierto, francamente bueno. Es un restaurante que ewn su frente
presenta un enorme acuario lleno de bogavantes y langostas. En la mesa de al
lado una parja de guiris se atiza un bogavante inmenso, con el que se hacen
fotos vivo, muerto, con el camarero… Luego, cuando se lo van a comer lo
destrozan, especialmente las partas, que me da la impresión de que se quedan a
medio vaciar.
Nosotros tomamos unas zamburiñas
excelentes y unos muy buenos pimientos de Padrón (de los de verdad, no de los
que te dan ahora habitualmente por aquí) y después pescado; rodaballo para
Fernando y Merluza para María y para mi.
Una cena agradabilísima que
cerramos con un buen aguardiente cortesía de la casa.
Salimos del restaurante a la
abarrotada calle y nos acercamos a los
soportales del Obradoiro, porque quiero que vean el espect-aculo que todas las
noches organiza allí la tuna.
En efecto, no me defraudan y, en
el lugar de siempre están los túnos de siempre cantando para un enorme grupo
de gente. Es muy divertido. Todos participamos y cantamos al son que nos
marcan los profesionales tunos y nos lo pasamos francamente bien.
Y al cabo de un rato dejamos ya la
plaza del Obradoiro y Maria y Fernando ya se marchan. Leas estoy más que
agradecido de que hayan venido a verme y la noche tan agradable que hemos
pasado. Da gusto tener amigos así.
Y ya me voy a dormir, a eso de las
once y media.
Por la mañana temprano voy a la
cola para dar el abrazo al apóstol. No son aúnlas diez de la mañana y la cola
ya es de viento m¡nutos . Despues asisto a misa del Peregrino, que concelebra
el Obispo de Seul Con el que he compartido Camino. Tras la misa hay
botafumeiro, que la gente agradece como es habitual.
Y ya cojo mi mochila del hotel y
bajo lentamente hasta la estación para tomar el tren que me tiene que devolver
a Madrid, donde empieza de nuevo la verdadera peregrinación de todos los días.